El avance tecnológico + determinante en 20 años

Impresión 3D

Impresión 3D: Las ideas toman forma directamente de la pantalla al plano real

La llaman la nueva revolución industrial, pero la impresión 3D es mucho más. La tecnología que permite reproducir objetos con volúmenes a partir de un modelo de dos dimensiones diseñado por ordenador está llamada a cambiar nuestras vidas por la cantidad de aplicaciones que ofrece en campos tan diversos como la industria, la medicina, la arquitectura, el arte, la joyería o incluso la gastronomía, entre muchas otras áreas.

Aunque comenzó a utilizarse hace algo más de tres décadas en Estados Unidos, desde 2003 ha habido un gran desarrollo de la impresión en 3D. El vencimiento de las patentes de los sistemas ha provocado que el precio de los dispositivos se reduzca de forma vertiginosa, propiciando que se popularicen las impresoras incluso para uso personal. Aún así, los expertos consideran que sólo se ha explotado una pequeña parte de la capacidad de esta tecnología y que pronto podremos disfrutar de usos sorprendentes.

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¿Qué es?

La impresión 3D es en realidad no una, sino un grupo de tecnologías que posibilitan la fabricación por adición, donde la superposición de sucesivas capas de material permite crear un objeto tridimensional. Se diferencia de la fabricación tradicional en que aquella partía de un bloque de material sobre el que se iban quitando capas hasta obtener la pieza deseada.

Existen diferentes tecnologías de impresión 3D, cuyas principales diferencias se encuentran en la forma en la que las diferentes capas son usadas para crear piezas. Así, algunos métodos utilizan el fundido o ablandamiento del material para producir las capas, por ejemplo el sintetizado de láser selectivo (SLS) y el modelado por deposición fundida (FDM), mientras que otros depositan materiales líquidos que son curados con diferentes tecnologías. En el caso de manufactura de objetos laminados, delgadas capas son cortadas para ser moldeadas y unidas juntas.

¿Cómo fueron los primeros pasos?

La primera compañía en poner a la venta lo que hoy llamamos impresora 3D fue la empresa 3D Systems y lo hizo gracias a Charles Hull. Utilizaba la tecnología SLA o estereolitografía, que se enmarca dentro de la impresión 3D con láser. En los 80 nació en la Universidad de Texas la SLS o Sintetización Selectiva Láser, que permite utilizar un gran número de materiales. A diferencia de la impresión SLA que hace uso de un baño de un polímero líquido fotocurable, la SLS utiliza material en polvo (poliestireno, materiales cerámicos, cristal, nylon y meteriales metálicos). A finales de los 80 Scott Crump inventó y patentó la tecnología que se conoce como Fusion Deposition Modeling y que es la que ha popularizado la impresión de figuras y piezas en 3D. La gran mayoría de las impresoras 3D personales utiliza la FDM. A partir de estos tres sistemas fueron llegando después otras tecnologías y materiales hasta completar la gran oferta que existe en el mercado hoy día.

¿Qué supuso la impresión 3D?

La impresión 3D permite fabricar piezas de geometría muy compleja de un modo rápido y relativamente sencillo, a un precio comparativamente competitivo. No necesita usar un molde o tallas una pieza base, sino que los proyectos toman forma directamente desde la pantalla del ordenador.

¿Cuál será su evolución futura?

La impresión 3D continuará madurando en sectores como la industria aeronáutica, la aeroespacial, la ingreiería, la arquitectura, la militar, la textil o la de automoción. Pero sin duda uno de los campos que más expectativas ha puesto en la impresión 3D es el de la medicina. Las primeras prótesis creadas con esta tecnología son ya una realidad, pero se espera avanzar en este terreno hasta conseguir reproducir órganos humanos. Las bases para lograrlo ya están puestas y los científicos han logrado crear tiras de tejido humano mediante lo que ya empieza a conocerse como bioimpresión. También será interesante ver qué tiene que decir la impresión 3D en terrenos como el de la gastronomía, donde diferentes compañías pugnan ya por ser las primeras en lograr un prototipo que además de ‘imprimir’ la comida, la cocine.